La mujer mira hacia el horizonte en brumas. Piensa que ése es solamente uno de todos los horizontes posibles. Piensa que esa niebla puede ocultar a los monstruos tan prometidos, los mismos que también la esperan a sus espaldas (por lo tanto, el regreso es un horizonte tan temido como el que más).
Pero no. O bien, se dice ‘Peronó’.
La mujer guarda un puñal de hoja ondulada en la manga suelta de su camisa. Sigue mirando hacia el horizonte brumoso. Ahora que atardece, se pueden distinguir las formas de los dragones sobrevolando los confines. Ella se pregunta qué tan amistosos habrán de ser. Sus ojos destellan un fulgor reptil. En lo profundo desea que puedan reconocer en ella a los de su misma calaña.
1 comment:
Bravísimo!
Post a Comment