en línea directa con la muerte en vida
¿y te asustás cuando te hablo de mi cansancio?
no, claro que no.
te asusta tu impotencia
te asusta que me emperre en decir basta
te asusta que no disfrace más las cosas
te asusta que acepte y deje de pelear contra lo que soy
te asusta que vos no puedas dejar de pelearte en contra
y yo sí
aunque eso resulte en algo
que no te sepas bancar.
si en poco les importara mi vida
actuarían diferente;
es decir
actuarían;
un suponer,
vos no andarías poniendo trampas,
dándome lo que no te pido,
y después negandoló.
por eso ahora las cosas son así:
nadie volverá a jugar con mis heridas,
nadie volverá a encontrar cobijo a la sombra
de mi pena,
nadie volverá a reflejarse en mis ojos
para descubrir su mejor cara,
nadie pasará esa puerta
ni me besará en la frente.
Ni nadie ni nunca.
Para siempre.
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