
la soledad catódica a veces entrelaza
algo
que excede los saludos con una P al final
el milagro existe;
tan mínimo
la sola mirada que lo ve y reconoce
es su eje medular
'no tengo amo'
le decía
y dos espejos me regresaban al placer secreto
de ser mi única dueña
1 comment:
no quiero que dejes de ser tu dueña, solamente que compartas conmigo tu señorío. Y te juro que me entrego, nena.
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